viernes, 26 de febrero de 2010

¡Qué falta de "agudeza"!... la del Sr. Agudo...

"Hay momentos en la vida de todo político, en que
lo mejor que puede hacer es no despegar los labios."

"No me hago ilusiones respecto al uso que se hará de los
derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo."

Uno de los episodios más sorprendentes que he tenido ocasión de presenciar en los últimos tiempos, en esto que llamamos política, y visto desde mi condición de ciudadano más que como parlamentario en Cantabria, tuvo como protagonista al Consejero de Economía y Hacienda de nuestra Comunidad, D. Ángel Agudo.

Ocurrió hace ya algunos meses, pero creo que, por su naturaleza, es un suceso intemporal -que vale la pena ser recordado mil veces- en cuanto que nos habla de la naturaleza de algunos políticos, de su peculiar manera de pensar y de la peligrosa visión patrimonialista que tienen de aquello que los ciudadanos les han prestado sólo temporalmente.

Con una total falta de "agudeza" -indigna de su propio nombre-, a nuestro ínclito Consejero no le tembló la voz -supongo que tampoco el pulso- en una de sus "facilonas" apariciones en prensa, cuando pronunció una de las mayores barbaridades que yo he escuchado de un político. Y digo "facilonas", porque no es un político valiente capaz de convocar a los medios de comunicación para trasladar a los ciudadanos las malas noticias. Para eso "usa" a sus subordinados. Sin embargo, no duda en aparecer ante esos mismos medios cuando de lo que se trata es de comunicar algo que cree favorable a sus intereses políticos.

Pues bien, el caso es que en una de sus más gloriosas intervenciones, y en respuesta a las demandas de información del Grupo Parlamentario Popular sobre los gastos de las muchas empresas públicas de ese opaco entramado que él mismo ha diseñado, no dudó en afirmar que "quien quiera conocer los gastos en empresas públicas, que gane las elecciones". ¡Han leído ustedes bien! El Sr. Consejero afirmó, en un auténtico alarde de prepotencia salvaje, que para poder conocer, analizar y controlar los gastos hechos con el dinero público -que es propiedad de todos los ciudadanos-, hay que ganar las elecciones...


La afirmación, desde luego, merece algunas reflexiones.

En primer lugar, el Sr. Agudo debería haber caído en la cuenta, antes de soltar tal burrada (perdón, quise decir disparate), que quien le exigía esa información -el Partido Popular-, no sólo ha ganado las últimas elecciones, sino que las lleva ganando ininterrumpidamente, en Cantabria, los últimos 16 años (desde 1994). ¿Se le pasaría tal vez por alto este detalle? ¡Qué despistado el Sr. Consejero!

Al hilo de lo anterior, también es pertinente recordar que precisamente él y su partido (el PSOE) fueron los menos votados en esas elecciones, o que llevan varios lustros sin ganar unos comicios en Cantabria (y a decir de los sondeos, la cosa les va aún peor para las próximas).

Pero, tal vez lo más lamentable, lo tremendo del caso, sea constatar la falta de convicciones democráticas que esas palabras esconden. Un gestor público no hace sino administrar los recursos de los ciudadanos y, por tanto, es a ellos a quienes tiene que rendir cuentas con meridiana claridad. Sin embargo su frase deja sentado, bien a las claras, que no está dispuesto a hacerlo, que no trasladará esa información a los representantes legítimos de los ciudadanos, que no son otros que los diputados del Parlamento de Cantabria.

Tal vez, lo que le ocurre al Sr. Consejero, D. Ángel Agudo, es que piensa como su colega la ex-Ministra de Cultura (¡de Cultura!), Dña. Carmen Calvo. ¿Recuerdan? Aquella que tampoco dudó al afirmar: “estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie".

En fin, dos frases para olvidar... ¡No! Dos frases para recordar quiénes nos gobiernan... a veces...

viernes, 19 de febrero de 2010

De la Política y de "los políticos"...

"Creo que en la política ya sé diferenciar entre los
pecados de los hombres y la limpieza de las ideas."

"El mayor castigo para quienes no se interesan por la política,
es que serán gobernados por personas que sí se interesan."

¿Quién, en España, no ha asistido en más de una ocasión a una conversación en la que el núcleo central de la misma era una despiadada crítica dirigida hacia "los políticos"? ¿Y quién en alguna de esas ocasiones no se ha mostrado de acuerdo con esa crítica?

Es muy difícil no compartir alguna de las censuras que regularmente van dirigidas contra "los políticos", sus dichos, sus actos o sus omisiones. En unas ocasiones poniendo en tela de juicio sus aptitudes. En otras, sus comportamientos, bien hablemos de episodios relacionados con corrupción, o con actitudes poco presentables en cuanto a sus certidumbres democráticas, o tal vez concernientes a su moralidad en asuntos de especial sensibilidad.

En cualquier caso, también es cierto que hablar de "los políticos", como si de una casta maligna se tratase, no deja de ser más que una estúpida generalización sólo equiparable a aquellas que afirman que "todos los hombres son felices viendo fútbol con una cerveza en la mano", o que "las mujeres sólo se realizan cuando van de compras".

Pero, lo peor del caso, es que esas opiniones, aplicadas injustamente a la generalidad de "los políticos", desprestigian no sólo a aquellos que pudieran ser merecedores de reprobación, sino a muchos otros -indiscutiblemente la mayoría- que se aplican en hacer las cosas lo mejor que saben y pueden y, por extensión, también se desprestigia a la Política (así, con mayúsculas) entendida como una actividad imprescindible para la buena administración de los intereses de los ciudadanos y como cauce de participación de los mismos en el devenir de la sociedad.

Es necesario -incluso por higiene colectiva- que nos acostumbremos a entender la Política como una tarea noble y honorable, incluso a pesar de quienes la profanan con sus pecados, pero en la que las ideas limpias siempre acaban por abrirse camino. Y aquellos que abominan de la Política escudándose en el mal comportamiento de unos pocos políticos, atiendan al pensamiento de Arnold J. Toynbee, tomen interés por la Política y así evitarán a "los políticos" interesados...

Yo, por mi parte, reniego de quienes se sirven de la Política. Pero también de quienes la desprecian.

viernes, 12 de febrero de 2010

¿Por qué "CINEMA PARADISO"?

Hagas lo que hagas, ¡ámalo!. Como hiciste
con la cabina del Cinema Paradiso…"

"Verás Salvatore, tarde o temprano llega un momento en el que
hablar o estar callado, es algo parecido. Por eso permanezco callado..."

(Alfredo a Salvatore. "Cinema Paradiso")

En primer lugar, tengo que comenzar la impredecible vida de este BLOG, diciendo que ni éste es un blog de cine (como pudiera sugerir su título), ni yo tengo especiales conocimientos sobre este arte como para aleccionar a nadie, y ni tan siquiera para opinar de él con suficiente criterio.

Tampoco quiere ser un blog de política, ni de sociedad, ni de deportes, ni de viajes, ni de filosofía, ni de... o tal vez de todo ello un poco. Ya veremos... En fin, que no pretendo convertirlo, si me es posible, en panfleto ni monografía de ninguna materia concreta (¿lo conseguiré?). Por tanto -y por eliminación-, me gustaría que fuese un "lugar" (sin adjetivos) en el que poder reflexionar -o simplemente comentar- sobre cualquier asunto que me resulte de interés en un momento dado y, si alguien lo considera oportuno, recibir a cambio sus opiniones.

Pero, si no es un blog de cine, ¿por qué "CINEMA PARADISO"?

Ésta es una excepcional película de 1988, dirigida por Giuseppe Tornatore, que mereció importantes premios. El "Óscar a la mejor película en lengua no inglesa", el "Globo de Oro" en la misma categoría o el "Premio Especial del Jurado" del Festival de Cine de Cannes, fueron algunos de estos reconocimientos. Mención especial merece, igualmente, la magistral banda sonora compuesta por Ennio Morricone y que, salvo opinión mejor fundada, supone uno de los trabajos musicales más bellos hechos para el "séptimo arte". Esta película no sería la misma, ni despertaría los mismos sentimientos empañados de nostalgia y melancolía -que pretendía su director- sin la particular aportación de esta banda sonora inolvidable.

En la cinta se narra la historia de Salvatore, a quien llaman "Totó", que cuando es un niño consigue que el viejo proyectista del único cine del pueblo -Alfredo- le enseñe todo lo que sabe sobre su profesión y sobre su pasión, el cine, y a través de él, sobre el mundo y la vida. La vida mostrada desde la bondadosa sabiduría de Alfredo y aprendida a través de los ojos de un niño con ansias de observar y absorber todo lo que ve y escucha. En definitiva, una mirada limpia capaz de ver dentro y fuera de uno mismo, para así poder aprender en ese largo camino, que es la vida, y que sólo satisface a quienes aman lo que hacen...

Si fuésemos como Alfredo o como Salvatore...

Es por esto -para mi es suficiente-, por lo que este blog se llamará "CINEMA PARADISO"...

Tema principal de "Cinema Paradiso":