"Todos los gobiernos mueren por la exageración de sus principios."
"En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza.
En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza."
(Confucio)
Puede ser cuestión de mi simpatía personal por las "causas perdidas"; puede que por mi tendencia a recordar sucesos curiosos olvidados -y no es bueno- demasiado pronto; o tal vez, simplemente, porque algunos compañeros -pero amigos- agitan mi conciencia de "bloguero" novato y, sin embargo, algo perezoso. El caso, es que otro amigo me acaba de enviar un correo recordándome uno de esos curiosos acontecimientos que casi pasaron desapercibidos (pero que merecen ser recordados mil veces), y lo uno más lo otro, me da pie para contaros alguna cosilla...
Se trata de algo que, visto con buena intención, podría parecer simplemente una de esas exageraciones, impropias de una Administración Pública, pero que ocurren de vez en cuando para asombro de los ciudadanos. Eso, con buena intención. Pero, si nos tomamos la molestia de contextualizarlo adecuadamente en el espacio y en el tiempo (¿qué?, ¿dónde?, ¿cuándo?), resulta difícil no opinar que se trata de una auténtica barbaridad -muy próxima al esperpento político- de inverosímil explicación por parte de quien administra el erario público y de imposible comprensión para la mayoría de ciudadanos -siempre habrá excepciones- que aportan sus impuestos con mucho esfuerzo, y todo ello en una España castigada por la "peor crisis económica de la historia reciente", como por fin, después de reiteradas negaciones, no tuvieron más remedio que reconocer el Presidente Zapatero y su Gobierno.
Los hechos:
El B.O.E. del 31 de octubre de 2009, publicó el "Real Decreto 1640/2009, de 30 de octubre, por el que se establecen las normas reguladoras de la subvención de concesión directa a la entidad Basque Culinary Center Fundazioa para la puesta en marcha del proyecto Basque Culinary Center". Así, literalmente. Un Real Decreto del Ministerio de Ciencia e Innovación, de Cristina Garmendía, que justifica una injustificable subvención de 7.000.000 de euros (¡7 millones de euros!) para el futuro "centro culinario vasco"...
Y, a esta cantidad, hay todavía que sumar otros 3 millones de euros que aporta el Gobierno vasco, 1 millón de euros más de la Diputación Foral de Guipúzcoa, y los terrenos cedidos gratuitamente por el Ayuntamiento de San Sebastián. En total, más de 12 millones de euros (2.000 millones de pesetas) que todos los ciudadanos españoles hemos aportado de nuestros bolsillos -sin que nadie nos preguntase-, para poner en marcha un proyecto ideado y fundado por un grupo de afamados y muy influyentes cocineros vascos (Subijana, Arguiñano, Arzak, Aduriz, Berasategui, Atxa y Arbelaiz), y por la "Cooperativa Mondragón Unibertsitatea" (Universidad de Mondragón), perteneciente a la "Corporación Mondragón" (Eroski, Fagor, Caja Laboral, etc.). Eso sí, ninguno de ellos arriesga un sólo euro en tan noble proyecto. Para eso ya estamos los contribuyentes españoles...
Infografía (políticamente correcta) extraída de la
página web del "Basque Culinary Center"
Pero, además de la barbaridad que este dislate significa en los tiempos de profunda crisis económica en los que vivimos, y de la más que opinable necesidad de un centro de estas características financiado con dinero público, resulta de lo más curioso leer las "forzadas" argumentaciones del Real Decreto para justificar este "tinglado" ideado por los pobres cocineros vascos y la Corporación Mondragón.
En efecto, las gongorianas florituras literarias de las que el redactor del texto legal ha tenido que echar mano para ingeniar una argumentación dudosamente persuasiva ("excusatio non petita, accusatio manifesta"), hacen pensar más en un texto muy poco creíble, fruto de la necesidad impuesta, que en la razonable argumentación del legislador que está convencido de lo que hace y dice. Recomiendo al lector que "gaste" unos minutos de su tiempo en leer esta "joyita" de Real Decreto, para comprobar con qué floridas palabras se gasta el dinero de sus impuestos el Ministerio de Ciencia e Innovación.
A todo esto, que ya es bastante para desconfiar de la oportunidad y del interés general del proyecto, hay todavía que añadir alguna perla. Así, la subvención de 7 millones de euros se otorga por el procedimiento excepcional de "concesión directa", o sea, sin ser tenidos en cuenta algunos de los principios que consagra la legislación vigente en materia de subvenciones (Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones), como son la "publicidad, transparencia, concurrencia, objetividad, igualdad, no discriminación, eficacia y eficiencia". Y todo ello, según el Real Decreto, "por su carácter singular -sin duda- y por concurrir razones de interés público, social y económico -más que dudosas- que dificultan su convocatoria pública".
Y, por si fuera poco, el importe de la subvención se pagará "en el ejercicio presupuestario 2009, por anticipado y sin necesidad de constituir garantía", no vaya a ser que pongamos alguna chinita en el camino de tan loable iniciativa culinaria vasca... Eso sí, continúa diciendo el decreto, la subvención se concederá "previa aceptación del beneficiario". ¿Qué se apuestan a que el beneficiario acepta la subvención?
Si señor. De nuevo el Gobierno Socialista haciendo gala de su poder de restricción del gasto. Eso es lo que hay que hacer ante la crisis. Un Gobierno responsable.
ResponderEliminarLuis Carlos, será que a los socialistas les gusta mucho el bacalao al pil pil.
ResponderEliminarEso, que le den 7 millones de euros para el desarrollo del marmitaco y a nosotros que nos den pomada con el AVE....joder,que tropa!!!!!!!
ResponderEliminarsi la envidia fuera tiña...
ResponderEliminares increible, yo pense que solo en argentina se gastaba dinero en donde no se necesita
ResponderEliminaraqui se gasta dinero para que los partidos de la liga argentina sean gratuitos, una suma de unos 100millones de euros, pero no hay dinero para jubilados o para aimentar a los niños
un saludo
esto ya lo criticó hace meses Javier Domenech en un articulo llamado " Txangurro con frambuesa". Lo acabo de leer en su libro " El reinado de Witiza"
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